jueves, 10 de diciembre de 2009

Me enamoré de la música, me enamoré de las bandas que hoy digo que son mías.
Me enamoré de las melodías, me enamoré de las canciones, me enamoré de algún que otro integrante, me enamoré de la guitarra, me enamoré de la estrofa, la intro, el estribillo y hasta el puente de la canción de la cual también me enamoré.
Me enamoré de la música hasta hacerla mi mayor pasión, esa pasión que por mucho tiempo busqué.
Tantas veces me puse a pensar cuál era en verdad mi mayor pasión, y hoy sé que es la música.
La música no es solo escuchar una canción o hacer una canción. La música es escuchar o hacer una canción y sentirse bien, es compañía, es sentir que tu soledad de repente se puebla como dijo alguien alguna vez.
Es tomar palabras del universo y unirlas, es inventar melodías, o simplemente, escuchar esas palabras y melodías tomadas del universo e inventadas y sentirte bien, sentirte pleno, aunque sea por unos minutos, o a veces hasta horas. Es levantarte a la mañana y cantar esa canción que escuchaste y te enamoró, es enterarte de que una banda o artista viene y pensar, sentir, que TENÉS, DEBÉS ir a verlos, es llorar cuando sentís que esa canción que escuchás, te da intedidad. Es sentir que vos sos esa canción.
Es tomar una guitarra, una flauta, una pandereta, y cantar cualquier cosa que se te ocurra.
La música es arte, es pasión, es amor, es llanto, es risa, es lugar, tiempo y espacio, es VIDA.

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